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Pensumo y Big Data

He leído el manual “Big Data”, de Bernard Marr (la edición en español de “Big Data” la ha publicado la zaragozana TEELL Editorial) y es una guía muy recomendable para empresas que quieren empezar a utilizar sus datos y nos aben por dónde hacerlo. Hay muchos ejemplos y casos prácticos que ayudan a desbrozar una promesa que a veces se ve como algo impenetrable.

En el caso de Pensumo, o de su gemela en México, Millas para el Retiro, las posibilidades que ofrecen los datos para potenciar el valor de estas iniciativas tan económicas como sociales es inmenso. Sin tener ni idea (solo el estímulo de haber leído ese manual) se me ocurren lo obvio: si conocemos en tiempo real todas las transacciones que los pensumistas y millaretirantes ejecutan en su vida diaria (y lo sabemos a través de las apps que permiten comprar y añadir el porcentaje a la hucha de cada cual) disponemos de una información de gran utilidad para todos los agentes que participan en este invento prodigioso, que son muchos: el que compra; el que vende o presta un servicio y cede un porcentaje de su beneficio a cambio de la fidelidad, un compromiso de largo alcance, ¡vitalicio!; la empresa que lo gestiona –Pensumo o Millas para el Retiro–; la que garantiza la inversión, Allianz, etc.–, y también los fabricantes y las marcas de los productos –¡todos!– que se compran y se venden. Se podrían añadir algunos más, como reguladores, instituciones, etc.

medioglobal

La clave del éxito de los datos es que sean accesibles a todos lo que los generan. El primero al que hay que respetar y mimar, en esto también, es el propio cliente: no sólo tiene que poder acceder a sus compras, sino a todo. La sensación de desamparo que sentimos ante el uso de nuestros datos que hacen los señores de la red da una idea del buen rollo que tiene que dar que cada persona o empresa acceda a todo, por supuesto, con las debidas garantías legales.

Solo con poner en común y dar acceso a este fondo de conocimiento sobre la realidad que vamos haciendo entre todos tanto Pensumo como Millas para el Retiro multiplican su valor exponencialmente. Primero, por el valor de la información de calidad que proporcionan los propios datos (en el libro citado hay ejemplos sencillos de pymes –y también de grandes corporaciones– que han optimizado sus tiendas y sus posibilidades solo con estudiar qué están vendiendo, en qué momentos, etc). Y segundo, porque el valor de la comunidad de estas iniciativas eminentemente sociales se hace evidente al acceder a la información de lo que tantas personas individuales y tantas empresas son capaces de hacer con una simple app.

La revolución está empezando, pero ya se ve que funciona, es real, y pronto vamos a poder verlo al minuto. Las oportunidades del big data para empresas y particulares solo están limitadas por lo que seamos capaces de imaginar.

Mariano Gistaín. Escritor y periodista.